martes, 28 de julio de 2009

Al final te llevarás también mi corazón


Este es el momento en el que me doy cuenta de que el Erasmus se ha terminado. Es el momento en el que me levanto como cada mañana y no hay ni un solo ruido en casa. Es el momento en el que la canción dejado de repetirse continuamente. Es el momento en el que se terminó mi papel de madre, vuelvo a tener 23 años y ninguna preocupación a parte de mí. Es el momento en el que se acabaron los sustos y las sorpresas, los caprichos, los enamoramientos, las discusiones, los intercambios de ropa, el calimocho fresquito, las sopas de madrugada, las sillas que se rompen, los gritos a cualquier hora, las sillas que se roban, el decir palabrotas, los eructos en cualquier sitio… es el momento en el que los colchones se quedan vacíos, todos los colchones. Es el día en el que mi última compi de piso, a estas alturas ya una hermana más, se ha ido. Es el momento en el que se acabaron las chicas cocina.
Me he levantado y he sentido el vacío que se queda en una casa que ha vivido las locuras de tres incondicionales y cuatro temporales, cada una con sus virtudes y sus defectos. Locas si, pero sobre todo divertidas. Nos hemos escuchado, apoyado, odiado, necesitado, comprendido, ayudado… hemos sido una familia con papá y mamá incluidos. La compra para alguna volverá a costar dinero. Para otra las matriculas, carteles, letreros... volverán a ser simple ornamentación y no un articulo de coleccionista. Para otra conocer chicos, el sexo y el alcohol dejaron de ser un tabú, aunque siga dando grititos escandalizada. Para otra la noche italiana se convirtió en una liberación que necesitaba, aunque le costara más de un problema con la compañera de habitación. Para otra el compartir piso con estudiantes ha dejado de parecerle una buena idea. Para otra no se que decir, porque su simpatía inicial se contrapone con la frialdad y la manera de aprovecharse de los demás con las que termino. Y para mi todo ha cambiado de color, todo ha cambiado de sentido, he aprendido a vivir la edad que tengo.
Han sido casi 11 meses juntas con llantos, esperas, dudas, amores, rupturas… desde que llegamos el 16 de septiembre al aeropuerto de Barajas cargadas con casi cuarenta kilos de peso en nuestras maletas y toda la ilusión del mundo en nuestras cabezas, hasta hoy, siempre juntas, bueno o casi siempre. Llegamos a Salerno y atravesamos toda la calle principal con nuestros pesados equipajes, llegamos al albergue y después a comprarnos un móvil. Búsqueda de piso, noches en el bar de Nino, desde el principio enamorado de nuestra rubita, traslados con maletas, decoración de habitaciones, primeras amistades con italianos, primera ruptura, primer botellón en lungo mare, primera bajada haciendo autostop, primera visita a la universidad, a la mensa, a la sala de informática… primera bronca en clase de italiano, primeros momentos con Aleksandra, primeros besos, primeras lluvias, primera visita a la Costiera, primeras ratas, primeras compras en el 50 céntimos, en el viejito de enfrente, en el Sisa… primera espera interminable del autobús, primeras sesiones de música, primeras charlas y bromas en la cocina, primero personaje que se une a la familia, primeras discusiones, primeras semanas con la cocina hecha un caos, primeras duchas interminables, primeras salidas al Maska, al Underground, al Uruguayo… y después llegaron las segundas, las terceras y la innumerables veces que hemos hecho todo esto juntas.
Ahora nos separamos, por poco tiempo espero, pero quiero que sepáis que me ha encantado hacer de vuestra madre durante casi 11 meses, que esto no hubiera sido lo mismo sin vosotras, sin vuestra locura y sin vuestras ganas de aprovechar hasta el último minuto. Os echare mucho de menos.
Hago una mención especial a dos personajes que nos han dado grandes momentos en esta casa, por un lado tenemos a Clifford Fiesta, el hombre de la casa, y La Rubita, que con esto de que de siempre le gusta el azul nos ha regalados meses de felicidad.
No quiero decir nada más, simplemente que sois únicas, que no cambiéis por mucho que saquéis de quicio a mas de una como yo y que he aprendido mucho estando con vosotras, pero sobretodo que OS QUIERO MUCHO chicas.
P.D. Te ha crecido mucho el pelo!

viernes, 24 de julio de 2009

Despedida...

Llega la despedida poco a poco. Los billetes están ya en mi bolsillo, bueno en mi ordenador, y toda mi estancia se empeña en despedirse como Dios manda. En dos días me he cruzado con todo mi historial de italianos, mientras mi actual amore me apunta como acompañante en una boda familiar y a la vez desaparece del mapa. Menos de dos semanas…

domingo, 12 de julio de 2009

Qué sera...



¿Qué será lo que me pasa por la cabeza? Llevo unos días extraña. Me lo noto yo y también los demás. El tiempo ha volado estos meses sumando una tras otra cientos de experiencias inolvidables. No puedo hacer otra cosa más que pensar en lo que vendrá ahora. Trabajar, seguir estudiando… ¿me dejaré la cabeza en Salerno? Más que nunca estoy impaciente, parezco tener prisa por vivir, pero a la vez quiero parar el tiempo y quedarme como estoy ahora. No me atrevo a comprar el billete de avión porque significaría más que nunca que me tengo que ir, sería ponerle la fecha de caducidad a algo que preferiría continuase siendo un producto no perecedero. Comienzo a pensar en lo que se quedará atrás y lo que se quedó atrás cuando me vine. Acostumbro a planearlo todo, aunque siempre se producen cambios, mi vida sigue un camino previamente decidido y ahora la incertidumbre me preocupa.

¿Qué será de lo que he encontrado aquí? Amigos y algo más que amigos que se quedan aquí o se reparten por la geografía española. Dónde se quedarán las largas esperas para coger el bus, las clases de salsa, los helados del neptuno, los paseos por lungomare, los locos que me siguen, los días buenos, los botellones italianos a la española, los días malos, los hombros en los que tanto he llorado y los hombros que tanto me han hecho llorar, los 4000 sms mensuales, los 200 minutos en llamadas que no duran ni una semana, la casera, los días sin nada que hacer, los señores del supermercado, las miradas asesinas del eje del bien, las risas con el eje del mal… dónde se quedarán nuestros despertares llenos de sorpresas, nuestras comidas improvisadas, nuestros cafés con un toque de canela, nuestras tardes cocina, nuestras noches imposibles de recordar… dónde me quedaré yo o mejor dicho, donde se quedará una parte de mi.

¿Qué será lo que me ata de esta manera a una vida que nunca hubiera planeado? ¿Qué será de la lluvia? ¿Qué será de Herminia? ¿Qué será de mi habitación? ¿Qué será de mi calle? ¿Qué será del barrio y de su gente? ¿Qué será de Salerno? ¿Qué será del mar? ¿Qué será de mi?

No puedo contestar a ninguna de todas estas preguntas. Quizás nada vuelva a ser igual en mi vida, o quizás si, pero como dice la canción, EL TIEMPO ME LO DIRÁ.

viernes, 10 de julio de 2009

Una vida...

En un momento te descuidas y tiran tu vida a la basura. Escribo esto hoy porque ayer no podía ni siquiera pensar en lo sucedido sin ponerme a llorar. Es increíble el poco valor que la da la gente a las cosas de los demás. Todas mis historias y mis recuerdos estaban metidos en un disco duro externo que por diversos errores ha terminado en la basura no siendo yo la que lo ha tirado y ahora nadie parece entender lo que eso supone. Años en fotos, escritos y videos que ya nunca más podré ver. De todo se aprende, y con esto la lección es doble, no dejar nada que sea importante para mi a nadie que no lo valore y por supuesto guardar mi vida en lugar seguro.
El pasado se ha borrado en un segundo, ahora me toca reiniciar mi historia

viernes, 3 de julio de 2009

Siempre... Hoy


Mañana a las 11:30 sale el tren con destino reencuentro familiar. Mañana toca dar la cara. Mañana toca asumir aciertos y errores. Hoy toca noche de recuerdos y nostalgias prematuras. Hoy contamos los días que nos faltan para disfrutar de una vida diferente. Hoy la noche es nuestra y la casa también. Hoy mi casero ha decidido convertirse en mi padre y avisarme de que mis compañias no son las adecuadas. Hoy la confianza inoportuna ha dado un paso más allá de lo políticamente correcto incluso sabiendo que yo no estaba en casa. Hoy toca examen de conciencia y evitar las lágrimas que estropean el maquillaje. Hoy toca echar un vistazo al pasado y cerrar los ojos ante un futuro que ahora mismo no parece tan placentero. Hoy toca salir y dirsfrutar de la noche salernitana que tanto me ha dado, bueno y malo. Hoy me toca ser yo, al menos por un rato. Hoy es la última noche de nueve meses. Hoy es el último día de un Erasmus. Hoy es el último día de mi última era. Hoy es el antes de un después aún desconocido. Hoy Salerno parece más que nunca mi hogar. Hoy Italia se ha convertido en mi casa. Hoy mis amigos son mi familia. Hoy mis lágrimas se reservan para la despedida. Hoy la despedida parece demasiado cercana. Hoy no quiero que llegue mañana.