martes, 11 de agosto de 2009

Calles vacías...


Primeros días en la Madrid. Primeras prisas, primeros autobuses, metros y taxis. De vuelta a las compras, a los cafés que duran dos horas, a la locura de una ciudad que a pesar de ser enorme a mí me parece vacía. El mar parece ser ya algo muy lejano, aunque sigue siendo una de las cosas que más echo de menos.

Llevo gafas de sol a pesar de que a ciertas horas aquí nadie las lleva. Hablo en italiano a conductores de autobuses, dependientes, medicos… cruzo sin mirar y busco en las tiendas algo morado que ponerme, este color aquí parece estar pasado de moda. Dar dos besos al saludar se ha convertido en una autentica odisea, y la distancia mas corta hacia cualquier sitio me lleva al menos quince minutos de paseo.

Vuelvo a caminar sola por la calle sin mirar a nadie, sin saludar a nadie, no hay nadie a quien saludar, aislada del mundo con mi mp4 a todo volumen escuchando música italiana, la banda sonora de mi año erasmus. Ayer puse la televisión y me sorprendió con una versión en español de una de mis canciones favoritas en Italia, y sin quererlo, ese tema que tanto significaba perdió gran parte de su magia.

Desde Salerno me llegan mensajes y llamadas diariamente que me recuerdan que gran parte de mi vida se ha quedado allí. No deshago las maletas, para mi esto son sólo una vacaciones.

Soy una extrangera en mi ciudad.

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