jueves, 30 de enero de 2014

Sueños de libertad


Hoy tengo un día de esos de coger una maleta y cambiar de país. Estoy inquieta, con ganas de hacer cosas y vivir aventuras.

Llevo una semana increíble, divertida, entretenida, hasta romántica sin romance... ¿cómo se come eso? pues viviendo el momento más romántico de tu vida con una persona con la que no tienes nada, y pasándote el resto de la semana sin sacar de tu cabeza ese momento, ahora que lo pienso igual era una estrategia que funcionó muy bien. En fin, el caso es que empezar así un lunes, hace que el resto de la semana tenga que seguir el mismo nivel de emociones para que no termines con una sensación de frustración a causa de la falta de actividad.

Hoy es jueves y no tengo nada que hacer. Las horas no pasan y veo pasar mi vida sin hacer nada. Quiero volver al tiempo en el que daba todo igual y solo pensaba donde iba a ir mañana sin rendir cuentas a jefes ni descontar días de unas ansiadas vacaciones. Quiero conocer gente diferente, aprender idiomas, ver sitios nuevos, viajar sin parar para empaparme de la sabiduría del nómada, conocedor de mucho sabedor de poco, que no se queda el tiempo suficiente en ningún sitio como para llegar a aburrirse. Como un ave que emprende el vuelo a través de los continentes con la llegada del frío, quien sabe que maravillosos lugares podrán descubrir.

Hoy estoy que no estoy. Mi cabeza sueña con vivir en un sueño repleto de aventuras y magia, la magia de la incertidumbre, la magia de no saber que será de ti mañana, la magia de tener el coraje suficiente para que esa incertidumbre no te frene. Hoy sueño con ser valiente y partir, sueño con la libertad, con elegir vivir. Sueño con decir adiós, con no mirar atrás... hoy, más que nunca, sueño con volar.

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