Después de una comida de reencuentro bastante interesante, me siento como una adolescente insegura esperando una segunda cita. Que tristeza volver a ver al amor de tu vida y que por él no haya pasado el tiempo. Que felicidad que el te sorprenda con un plan el día que te has levantado con el guapo subido, vas vestida de manera impecable y hasta él se da cuenta y no deja de decirte lo guapa que estás. Que raro que aunque nuestras vidas a evolucionado, durante una hora el tiempo no haya pasado y nuestra conversación sea la misma que hace 9 años. Que divertido recordar cosas de las que la memoria a corto plazo se había olvidado. Que genial dejar a un lado lo malo. Que miedo darse cuenta de que sigue siendo el hombre perfecto. Que maravilloso resulta seguir admirando a tú primer amor.
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