lunes, 11 de mayo de 2009

Tres días por el norte...


Con vosotros viajar es siempre un placer. Llegar a Parma después de atravesar medio país en autobús y alquilar unas bicis que nos permitan ver entera una ciudad en la que cada rincón transmite la calma y el orden que sólo se puede encontrar en un oasis de Europa situado en el norte de Italia es algo que sólo hago si estáis vosotros. Mapas a un lado, cogemos impulso y a ritmo de la conocidísima banda sonora de “Verano Azul”, los cuatro, “Piraña” incluido, nos ponemos en marcha entre coches que respetan cada paso de peatones y peatones y bicis que se atraviesan como si de coches se tratasen. Cuesta abajo en la entrada del “Retiro” italiano, pedaleamos haciendo círculos como niños que están estrenando el regalo de Navidad. Rodeamos las estatuas, el estanque, seguimos chicos guapos, chocamos nuestras manos sin detener la marcha… y con velocidad cogemos impulso para superar la cuesta de salida. La ciudad se rinde a nuestros pies y nosotros nos rendimos ante sus encantos. Toda una tarde sobre ruedas pasa factura y tan pronto como llegamos al albergue cerramos los ojos hasta el día siguiente.
Segundo día, autobús que nos sirve para seguir durmiendo. Dolor en cierta parte de nuestro cuerpo que nos recuerda lo bien que nos lo pasamos el día anterior. Llegamos a Sabbioneta, después Mantova y por último a Vicenza. El calor verdaderamente asfixiante no nos deja ver nada. Una cena social en la que nos socializamos, sobre todo entre nosotros, y a pasear. Un paseo corto, una sesión de tarot con más o menos acierto y a dormir.
Tercer día. El teatro abre sus puertas y nos deja con la boca abierta. Estoy sentada en las gradas y sólo puedo pensar en las ganas que tengo de pisar ese escenario. Ha merecido la pena el viaje tan sólo por ver esto. Después de la visita dos de las componentes del cuarteto parten con destino Milán y nosotros decidimos averiguar que otras cosas esconde la ciudad en la que se encuentra el cielo de los actores. Pero nuestros pasos se detienen pronto, hemos topado con una librería y los dos somos victimas de las historias que se transmiten a través del papel. Cerca de una hora entre polvo y miles de romances, aventuras, dramas, viajes… nos dejan sin tiempo para ver mucho más. La ciudad es preciosa pero nosotros no hemos olvidado llevarnos un libro de recuerdo. Ahora toca coger de nuevo el autobús y volver a Perugia.
Estos fueron nuestros pasos, los pasos que han vuelto a convertir en un placer lo que de otra manera hubiera sido un viaje agotador. Tres días por el norte de Italia, eso sí, siempre pendientes del móvil, que también nosotros vivimos nuestros propios romances, o dramas.

2 comentarios:

  1. YO OS VI Y ESTABA EN UNA BICI Y VI TODO CON VOSOTRAS, PERO NO ME VISTEIS, PORQUE LUEGO TÚ LO CONTASTE.

    ResponderEliminar
  2. Hataros yo sí que te vi, cerca del lago...
    Lo mejor de la semana, correr en la bici por Parma.. Amiga mía..

    ResponderEliminar