lunes, 9 de febrero de 2009

Con un poco de Sal...

Mi hermana es de esas personas que tienen las cosas claras, nunca dudan, firmes convicciones, seguridad en sus posibilidades… pero hay algo que la vuelve loca, mis cambios de humor. No sabe si prefiere que esté triste o que tenga un buen día. Cuando me levanto con el pie torcido todo el mundo se vuelve en mi contra, me arrastro por los rincones y es prácticamente imposible mantener una conversación conmigo. Pero cuando tengo un día de esos de me gusta ser mujer”, no hay quien me quite la sonrisa esNegritatúpida de la cara, soy la persona más feliz del mundo, insoportablemente feliz. Y es que cuando estoy triste al menos intento disimularlo, pero cuando estoy feliz mi cara proclama a los cuatro vientos que hoy es mejor que no me hables. Bien pues hoy tengo uno de esos días, de los segundos. Hoy el mundo se ha puesto de acuerdo para hacer que todo se vuelva a mi favor, hoy le han puesto sal a mi vida y mi cara irradia felicidad.
Ayer tuve un día un poco particular. Un típico día de domingo sin nada que hacer, solo comer. Dándole vueltas a mis líos amorosos y tras engullir sin piedad una deliciosa tarta de panna cotta decidí hacer lo más lógico, ir a ver a una amiga. Dos tés, un bol de palomitas y varias historias de parejas rotas después, me vuelvo a casa un poco más feliz, en el fondo las cosas tienen la importancia que nosotros le demos. Enciendo el ordenador en busca de alguna novedad y ahí está él. Mi nuevo antidepresivo, el encargado de que sustituya la Nutella, o al menos que la deje un poco a un lado. No se si porque me inspira confianza, no sé si es porque es un poco más pequeño que yo (cosa que no me había sucedido nunca) o si me inspira confianza porque es un poco es más pequeño que yo, pero siempre consigue hacerme sonreír, y ayer no iba a ser menos. Después de mis momentos de romance adolescente (esto cuando lo lea una que yo me sé me va a costar más de una broma), me llega la gran noticia, soy la protagonista de un rumor Erasmus, lo que significa que o he conocido íntimamente a alguien sin enterarme o viceversa. Qué divertido es esto de que te sucedan cosas sin ni siquiera salir de casa. Antes de dormir ya había reído durante al menos veinte minutos intentando averiguar quién había sido mi amante secreto y sobre todo, quién mi celestina, porque siempre hay una celestina.
Miles de motivos causan la tristeza, pero cualquier pequeño detalle provoca la felicidad. Hoy ha salido el sol. Esto no sería de extrañar en cualquier otro sitio, pero en mi bellissima ciudad italiana el hecho de que las nubes nos den un respiro es equiparable a que te llame un amigo con el que hace tiempo que no hablas, a que tu equipo gane la liga o a que encuentres esas botas hechas para ti que llevas meses mirando en un escaparate a precio de saldo, o incluso la suma de todo ello. En fin, hoy soy una persona insoportable, lo siento mucho, de verdad que lo lamento, pero hoy estoy feliz “porque yo lo valgo”.

1 comentario:

  1. ¿Sabes que he aprendido yo hoy?
    ...que rumor en italiano es "mormorio" y que cotilleo, "pettegolezzo".
    Sobran las palabras.

    ResponderEliminar