sábado, 7 de febrero de 2009

Poniendome en forma...

He empezado la operación bikini. He empezado pronto porque lleva tiempo, y porque cuanto antes empiece antes termino y vuelvo a comer. Pero lo importante no es la dieta, es el ejercicio que hagas y para ello he vuelto al gimnasio, y digo he vuelto porque como todo el mundo ya me he apuntado varias veces. He probado casi todos los deportes, pero ahora lo que quiero es ir a una clase en la que sufra, que me den ganas de morir antes de terminar, que cuando termine me acuerde de lo que cuesta ponerse en forma y me lo plantee dos veces antes de meterme en la boca un helado de tres gustos. Ingenua de mi, ayer pensé que como me sobraba tiempo antes de la clase, porqué no irme antes al gimnasio y hacer un poco de bici. Así que fui y le di a los pedales durante cuarenta y cinco minutos, para algunos una locura, pero es el único ejercicio que no me cansa demasiado, y luego me metí en clase de “Power Tone Up”. Tu lees el nombre y dices, esto es para tonificar, unas abdominales, unas flexiones… power es lo que necesitas para poder terminar el tone up. La pesa que al inicio de la clase parecía manejable, a mitad ya era como si tuviera que levantar un yunque de hierro macizo, Mi lengua ya llegaba a los tobillos y cuando parecía que todo llegaba a su fin oigo unas palabras que estremecen todo mi cuerpo, “y ahora… estiramos”.
Camino de casa, con cara de necesitar la respiración asistida para poder seguir viviendo, sólo pensaba en que tenía planeada otra sesión de ejercicio, pero de otro tipo, para la noche. No sabía si alegrarme o terminar de morirme. Opte por relajarme, así que llegue a casa, cené por mi y por todos mis compañeros, y encendí el ordenador, en tiempos de facebook ya se sabe, esperando alguna noticia de mi cita. Pero nada, ni una carita de estas que guiñan un ojo que me diera a entender lo que me esperaba. Con una sensación de calma total me decidí por lo más lógico, dormir. Después de una semana de fiesta en fiesta, de borrachera en borrachera y de gimnasio en biblioteca mi cuerpo reclama a toda voz una sesión de sueño reconstituyente, y lo consiguió. Pero para mi sorpresa a la 1:30 de la madrugada, una hora muy normal para algunos, me despierta el desagradable sonido de mi móvil, lo cojo y sorpresa, una voz masculina que habla en otro idioma me pregunta que si estaba durmiendo. Despertarme a mí es todo un desafío que pocos se atreven a desempeñar, pero por suerte solo habló con la parte de mí que estaba consciente después de tanto esfuerzo y se tuvo que conformar con un ya nos veremos otro día.
No sé qué le pasa al género masculino, en qué momento sus neuronas han decidido irse de vacaciones. No soporto a los listos que van de tontos, pero tampoco a los tontos que se creen listos, y mucho menos a los que son simplemente tontos. Yo acepto el juego de la seducción, el sugerir, el hacer esperar… pero primero aprende a jugar sino la partida ya tiene ganadora desde el primer movimiento y esto, siento decirte, no tienen ninguna emoción, me entrego el premio y busco un contrincante que al menos sepa cuándo es el momento adecuado para llamar después de un plantón semejante. Y esto es lo que escribo la mañana del 7 de febrero desde la cama porque, como era de esperar, el gimnasio ha pasado factura, y el sillín de la bici también.
Hasta mañana corazones!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario